domingo, 8 de marzo de 2015

Verdades

Cuando pensamos estar a salvo en el refugio, cometí el error de confiar.

tras sanar nuestras heridas fuimos a nuestros cuartos, guiados por uno de los pocos monjes que aún habitaban el monasterio.

La construcción era una increible inconsistencia, donde el pasado y el futuro parecian chocar y luchar en cada rincón mientras bajamos las escaleras, pero al llegar al final de las escaleras nos encontramos con un muy elegante elevador donde cristales y aluminio eran los protagonistas (al parecer el futuro ganó la lucha)

No sé cuan profundo descendimos, era ridículo,.exageradamente escondido, no conocí vástago que se tome tantas molestias , hasta ahora...y bueno, los últimos capadocios tal vez valían el esfuerzo.

Kat, Loto, shivaya,